martes, 22 de enero de 2008

CANAS

Si no contara lo trágico, ahora mismo no se notarían los estragos del dolor en mi rostro, son tiempos pasados... tiempos vividos... mi tiempo.
Nunca es agradable hablar de uno mismo y más si lo que has de decir, suena a grito arropado por una manta de miedos. Un manto de olores, flases y mil sensaciones que tan arduo trabajo a costado callar en algún recóndito lugar dentro de mi, está, lo sé, ¿pero para qué mirar? Si la primera sensación es tragar saliva amarga, no quiero saber donde parará.
La contradicción interior y la lucha han hecho que intente, parar, sentarme, hurgar... pero sin éxito. Solo con acercarme he notado el sabor, el frío, la ansiedad y no lo puedo controlar. De encontrar si así fuera, las penas saldrían fuera con tanta fuerza y precisión que harían un agujero en mí cuerpo del tamaño de un puño.¿Quién sabe, puede que logre localizar mi pequeño gran estigma?.
La culpa de esto la tiene el amor...”si se le puede llamar amor” Al cabo del tiempo se me ocurrió mas de un nombre para determinar mí montaña rusa.
Puede ser que fuera obsesión, dependencia, que sufriera lo que se le llama “síndrome de Estocolmo” y digo puede ser, porque aún dudo de muchas cosas, es como si me parase en seco después de venir corriendo porque hubiera un precipicio con mi pasado removiéndose con las olas ahí abajo, en un mar revuelto.
son muchas las noches sin dormir que he pasado y largo el camino que me queda, quizás no sea tan duro y tal vez ese sea el problema, que lo vivo todo demasiado, presumo de ser visceral y eso no siempre me lleva a buen puerto, esta bien porque mas vale vivir intensamente que pasar sin pena ni gloria, pero hay que evitar que las situaciones te desborden. Sonrío desde fuera siempre que me intentan ayudar, a esos míos, que creen saber cual es el camino directo al nirvana. Ni cinco minutos me hubiera gustado que estuvieran en mi piel... ni al perro de mi peor enemigo le desearía algo así. Pero yo tampoco lo pedí y me arrastro como el amanecer arrastra toda la madrugada y lo que lleva dentro, hasta tal punto que ya no era mi vida la que yo manejaba si no la que me quedaba... Que por cierto era muy poca...
Ahora tengo amor de nuevo en mí vida, amigos y familia recién llegada, vuelvo a ser feliz pero no puedo olvidar y ya es tarde porque no me queda sitio, dicen que el corazón se renueva y yo noto que la tirita que une mis dos partes está demasiado mojada... ya no une nada.
Por eso he decidido que es un buen momento para morir...

domingo, 13 de enero de 2008

LOS INSTINTOS

Todos estamos de acuerdo de que venimos del mono? Bueno..., menos el Papa, claro como tiene su propia moneda... Pero no es de Ratzinger de quien quiero hablar, quiero hablar de lo más primario que hay dentro de todos nosotros, de eso que sale aunque no queramos, que hace que hagamos las cosas sin pensar, que a veces nos salga bien y a veces nos salga mal... Nuestros instintos básicos.
Quien no se ha desesperado alguna vez, ha salido de su propio yo para acabar diciendo “ he sacado lo peor de mí” pues ahí esta, tu instinto.
Yo estoy en el sofá a media noche, cuando dan esas series que nadie ha visto y hacen que los pobres que tienen insomnio se la traguen... pues esas. Y de repente te entra un sueño casi incontrolable, decides irte a la cama siempre con el temor, de que se te pase y tengas que retomar el hilo de ese horror de serie. Te metes en la cama y sientes que te duermes y sonríes a nadie, pero eres tan feliz de conciliar el sueño y por si acaso alguien tiene que ver con tu insomnio, que te vea agradecido, que otra cosa no pero bien educado eres un rato.
Estas tan bien con tu sueño y sientes un zumbido que parece que un puto mosquito se quiere meter dentro de ti y das un par de manotazos al aire y piensas “ este no me jode ahora” y desaparece, pero como si de la reencarnación del mismísimo espíritu de la molestia se tratase, vuelve a intentarlo otra vez y tú a dar palos al aire. Y te ha quitado el sueño, la sonrisa y todo el encanto de ese momento. Y ahí es donde entra el tema personal.
Llegados a este momento y retomando el tema principal de esta obra literaria... Te levantas lo mas enfadado posible y como si de una guerra se tratara, le das un golpe muy pero que muy violento a la cama y a oscuras, porque aún no has encendido la luz y con el trabajo que cuesta ver recién levantado, intentas visualizar tu objetivo..., el mosquito. Entre el tiempo que has tardado en encender la luz por el miedo de que llame la atención de sus aliados e invadan tu casa, levantarte y bajar de esa nube de violencia, el capullo del mosquito, se ha ido a otra habitación. Pero tu no desistes y lo persigues, das con él en el salón y lo miras allí en la pared, como si no fuera con él la historia y coges una revista y la enrollas, es curioso pero siempre hay un periódico o una revista a mano para la ocasión, pero tu no, tu más retorcido, por algo has visto a la flecher más de una vez de madrugada y coges un trapo lo enroscas y piensas “ esto no se lo esperará” y le arreas un golpe que te deja un manchurron de sangre en la pared y dices ¡ Que cabrón! Toda es mía seguro.
Después de tan reñida disputa de dominios, duermes como un bendito...
Y requetetomando el tema principal, te das cuenta de que acaba de aflorar en ti, tu instinto más primario, el de la lucha, el territorio, el poder... Dios mío..!