domingo, 13 de enero de 2008

LOS INSTINTOS

Todos estamos de acuerdo de que venimos del mono? Bueno..., menos el Papa, claro como tiene su propia moneda... Pero no es de Ratzinger de quien quiero hablar, quiero hablar de lo más primario que hay dentro de todos nosotros, de eso que sale aunque no queramos, que hace que hagamos las cosas sin pensar, que a veces nos salga bien y a veces nos salga mal... Nuestros instintos básicos.
Quien no se ha desesperado alguna vez, ha salido de su propio yo para acabar diciendo “ he sacado lo peor de mí” pues ahí esta, tu instinto.
Yo estoy en el sofá a media noche, cuando dan esas series que nadie ha visto y hacen que los pobres que tienen insomnio se la traguen... pues esas. Y de repente te entra un sueño casi incontrolable, decides irte a la cama siempre con el temor, de que se te pase y tengas que retomar el hilo de ese horror de serie. Te metes en la cama y sientes que te duermes y sonríes a nadie, pero eres tan feliz de conciliar el sueño y por si acaso alguien tiene que ver con tu insomnio, que te vea agradecido, que otra cosa no pero bien educado eres un rato.
Estas tan bien con tu sueño y sientes un zumbido que parece que un puto mosquito se quiere meter dentro de ti y das un par de manotazos al aire y piensas “ este no me jode ahora” y desaparece, pero como si de la reencarnación del mismísimo espíritu de la molestia se tratase, vuelve a intentarlo otra vez y tú a dar palos al aire. Y te ha quitado el sueño, la sonrisa y todo el encanto de ese momento. Y ahí es donde entra el tema personal.
Llegados a este momento y retomando el tema principal de esta obra literaria... Te levantas lo mas enfadado posible y como si de una guerra se tratara, le das un golpe muy pero que muy violento a la cama y a oscuras, porque aún no has encendido la luz y con el trabajo que cuesta ver recién levantado, intentas visualizar tu objetivo..., el mosquito. Entre el tiempo que has tardado en encender la luz por el miedo de que llame la atención de sus aliados e invadan tu casa, levantarte y bajar de esa nube de violencia, el capullo del mosquito, se ha ido a otra habitación. Pero tu no desistes y lo persigues, das con él en el salón y lo miras allí en la pared, como si no fuera con él la historia y coges una revista y la enrollas, es curioso pero siempre hay un periódico o una revista a mano para la ocasión, pero tu no, tu más retorcido, por algo has visto a la flecher más de una vez de madrugada y coges un trapo lo enroscas y piensas “ esto no se lo esperará” y le arreas un golpe que te deja un manchurron de sangre en la pared y dices ¡ Que cabrón! Toda es mía seguro.
Después de tan reñida disputa de dominios, duermes como un bendito...
Y requetetomando el tema principal, te das cuenta de que acaba de aflorar en ti, tu instinto más primario, el de la lucha, el territorio, el poder... Dios mío..!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Yo he vivido antes esta situacion. Muerte a los mosquitoes!
Vivan las arañas

Anonimo